Algo de lo que poder hablar

Hoy, cansado de estar encerrado en un lugar donde supuestamente estoy aprendiendo, me han propuesto dar una vuelta (la autora de los anteriores posts, Blanca) y así conocer un poco el mundillo de los lunes por la mañana. He descubierto que hay gente viva en la calle por las mañanas, y no sólo jubilados y amas de casa, hay jóvenes, obreros, policías… ¡La gente vive por la mañana, no los guardan en cajas hasta que salimos de la cárcel!

Tras esta parida voy a lo que iba; he estado en una tienda de libros y nos hemos acercado a la zona infantil para ver las previsibles ñoñerías que supuestamente habrían. Hemos alucinado. Yo iba con una amiga que está estudiando 2º de bachiller científico y ella al ver un libro sobre el sistema digestivo con una lengua falsa (por cierto, yo he dudado de si no se la habrían arrancado a cientos de personas para fabricar el libro) lo ha ojeado. En un principio parecía el típico libro con tiras para que se mueva la boca y ver como masticamos y cosas así, pero al ver que se explicaban los movimientos peristálticos, la absorción de los nutrientes en el intestino grueso, se explicaba la epiglotis y el funcionamiento del esófago; todo ello con unos términos y unas explicaciones tan elaboradas que ni yo mismo entendía y ella a duras penas. Incluso ha comentado que se está pensando el comprarse el libro para estudiar para el examen, y yo no lo he dudado ni un momento, no era una exageración.

Y luego dicen que tenemos una mala educación o que los niveles de cultura se están reduciendo a pasos agigantados. Es completamente falso, tal vez los jóvenes de ahora sean unos burros pero desde luego puedo estar seguro de que voy a poder cobrar mi pensión (contando con que mi hígado aguante) gracias a la inteligencia de nuestros actuales niños.