La Eurocopa

Este post trata de un tema muy claro, la Eurocopa. Pero supongo que os oleréis que no voy a hacer un comentario desde el plano deportivo de esta competición. Además, estoy ligeramente quemado porque parece que el país se paraliza cuando juega la selección. Pero yo también quiero ver a la gente, quiero autobuses, no sé, quiero seguir viviendo porque me parece una razón un poco nimia el que once tíos que otro ha escogido para que vayan a jugar al extranjero para paralizar nuestro pequeño rincón del mundo.

Pero bueno, dejando aparte mi amplia indiferencia hacia un deporte que mueve masas y aún no comprendo muy bien por qué ( ¿será el efecto borrego?, a él le encanta, pues a mí también), sobre lo que quería hablar en este artículo es la verdadera finalidad de la eurocopa. Porque es un poco obvio que no van a movilizar una parafernalia tan sumamente enorme por unos partidos de fútbol, algunos intereses tendrá que haber. Los primeros, como todo en este precioso mundo, son los económicos. Porque que el fútbol además de masas, mueve millones y millones es algo que todos sabemos. Este motivo podría ser suficientemente importante para crear unos torneos o unos partidos de tanta embergadura y a un nivel tan internacional.

Sin embargo, los dirigentes no son tontos (son cabrones, pero de estúpidos tienen poco), y ya que se ponen pues buscan lograr más objetivos. Como por ejemplo, afianzar su poder en las "democracias modernas" (curioso término). Puede sonar un poco conspiratorio, pero es un hecho. Por ejemplo, resulta un hecho bastante interesante que la selección de la Alemania Federal ganara en 1990 el mundial de fútbol. ¿Y qué tiene eso de importante? Para los neófitos de la historia más reciente, en 1989 caía el muro de Berlín, precipitando la caída de la Alemania comunista y con ello la previsible unión de las dos Alemanias separadas por aquel muro de la vergüenza. Sin embargo, tantos años de separación y de propagandas de odio visceral entre alemanes comunistas y capitalistas no se borraban en tan poco. Y sorprendentemente, a los pocos meses la selección del país gana el mundial. Creo que la frase de la película "Goodbye, Mr Lenin" lo dice bastante bien: "Ni la caída del muro ni las semanas de televisión hablando de lo bueno de la unificación unieron tanto a los alemanes como unos cuantos jugadores de fútbol"

¿Vais viendo la manipulación de fondo? ¿No? Pues sigamos entonces. Con el ejemplo anterior se puede ver lo que "une" a la población de un país unos cuantos tíos en pantalones cortos que dicen que los representan. Pues que quieres que te diga, a mí un niñato pijo como Torres no me representa especialmente. Pero bueno, así funcionan las cosas: la selección juega, todo el país ya tiene algo de lo que hablar con cualquier desconocido y el sentimiento nacionalista y españolista crece. Y eso es algo innegable, el nacionalismo es un claro elemento de control por parte de los actuales gobernantes, puesto que el concepto de estado o de frontera son básicos y por ello deben ser impulsados, inculcados y propagados a ultranza. Porque si la gente comenzara a pensar que tampoco hay una diferencia tan enorme entre, por ejemplo, un portugués y un extremeño como para levantar unas vallas y barreras para separarlos me parece que los estados modernos (y vuelve a aparecer el dichoso adjetivo) poco iban a durar.

Es por ello que con los partidos de la selección lo que se busca es potenciar algún factor común para dar una base sólida al concepto de nación y poder, con ello, dirigir mejor un país unido como un conjunto de borreguitos, pero españoles. Y no quiero referirme únicamente a España, sino a todos los países que llevan a cabo estas tácticas de control. Aunque aquí, también ya que estamos, potenciamos otra de nuestras instituciones: la monarquía. Y, ¿cómo? Pues fácil, si ya tenemos al país volcado con los mencionados once, pues emitimos al rey alabando sus actuaciones y diciendo alguna que otra gracieta. De nuevo, no es con intención de recriminar, simplemente describo una táctica más de control, esta vez mostrando una imagen agradable de un personaje que se mantiene en su puesto únicamente por el carisma. Por ello se hace necesario, al igual que con el concepto de antes, el propagarlo e introducirlo en nuestras mentes como algo natural y justo.

Tampoco hay que olvidar el factor del entretenimiento, porque despistar a una población de entre 40 y 50 millones de personas de los problemas de verdad no es ningún moco de pavo. Y más incluso ahora, que los trabajos de muchos penden de un hilo y, como siempre, los que no van a salir perjudicados serán los de arriba: politicastros, grandes empresarios, jueces... Pero durante unas cuantas semanas la Eurocopa llena periódicos, telediarios, programas de radio y hasta del corazón. Así, durante un tiempo, nos olvidamos del paro, de la explotación, de los despidos masivos, del "no llego a fin de mes", etc. En definitiva, lograrán hacer que nos olvidemos de las mismas mierdas de siempre y que hablemos antes de fútbol que ponernos a hacer algo para protestar ante lo que se avecina para las personas de a pie. Al fin y al cabo, para eso es para lo que sirve el fútbol en este país. Para distraer la atención de las masas.


Pero bueno, sinceramente, no es precisamente el fútbol el cáncer de la sociedad ni será el arma letal que destruirá el mundo. Ni muchísimo menos, tan sólo es un elemento más de control de masas. Si ayer era la represión y la brutalidad (que no acaba de desaparecer) hoy es la televisión, la distracción, en definitiva, las mentes dormidas. Como decían los System, "manufacturing consent is the name of the game".


Saludos!!

2 comentarios:

Plumé dijo...

Está claro que los que no amamos el fútbol nunca entenderemos cómo es posible que tenga tal fuerza entre la población. Sí que es cierto lo del efecto borrego, que se da en eso y en muchas más cosas que ni sabemos.

Pero bueno, lo de la Eurocopa es pasajero (hasta dentro de no sé cuanto tiempo), así que si te suben el precio de las cañas porque hay partido, piensa que algún día acabará tu pesadilla XD.

De todas formas, es inevitable que no exista algo que no provoque el efecto borrego. Desde la antigüedad, por ejemplo en Roma, se construían edificios (como el Coliseo) para entretener a la población y hacer buena campaña del emperador.

La gente ni está ni estará preparada para darse cuenta de cuantas maneras nos venden las cosas sin que nos demos cuenta.

Drizzt dijo...

Coincido plumé ^^

Además me acabo de enterar de que los de cuatro pagan 12 euros y un bocata a todo el que se acerque a la plaza de Colón para que el recinto de la pantalla quede bien lleno de "aficionados"

Viva el pan y circo moderno!